La pareja del momento, Justin Bieber y Selena Gomez dejaron al mundo ver un poco de lo mucho que se quieren, sin temor a las cámaras, al finalizar su participación en la ceremonia de los American Music Awards 2011.

El cantante y la actriz empezaron la noche compartiendo algunos besos en la alfombra roja de la gala, pero lo más tierno llegó luego, cuando ellos subieron al elegante Vintage Rolls Royce que esperaba para trasladarlos.

El intérprete de “Never say never” –vestido con traje y corbata michi- no perdió la oportunidad para sonreír a la prensa, mientras la exestrella de “Los hechiceros de Waverly Place” buscaba un poco más de privacidad. Bieber demostró también ser un romántico empedernido, pues cuidó que hasta el más mínimo detalle esté en su lugar, como una rosa blanca que embellecía aún más el interior del auto. Además, como todo un caballero, el cantante le prestó su saco a Selena, para protegerla del frío y de los paparazzi.

Fue entonces cuando ella –quien brillaba con un vestido inspirado en el glamour del antiguo Hollywood- depositó su cabeza sobre el hombro de su pareja y con una expresión de alivio, confianza y ternura en su rostron descansó por unos minutos de la imagen de joven princesas del pop, para convertirse en otra adolescente enamorada.