Selena Gomez hablo en 'La Tercera Edicion Impresa' de Chile , y hablo del natural recambio de Miley Cyrus y Demi Lovato, habla de su show del 2 de febrero en Santiago.
Desde aquel día en que Miley Cyrus mató a Hannah Montana con su estallido hormonal en el último Rock in Rio -y con la posterior divulgación de un video donde aparecía inhalando hierbas alucinógenas-, y desde los reportes que informaban que otra cenicienta del gigante Disney, Demi Lovato, cedía al estrés y debutaba en la rehabilitación, los ejecutivos de la firma giraron sus planes -y sus cuentas corrientes, sus planillas y sus inversiones- a otra estrella, que recién alcanzaba los 18 años. Un nombre aún inmaculado en el terreno de las polémicas y los arrebatos patrimonio de gente adulta, como Britney Spears: la cantante Selena Gomez.
Dueña de un timbre vocal que la prensa ha situado como superior al de sus coetáneas, y con un recorrido como actriz en la serie Los Hechiceros de Waverly Place, Gomez apareció como la destinada para tomar la posta en el principado del mágico mundo de colores. Bajo ese ascendente estatus, la artista ya vendió ocho mil entradas para su debut en Chile, este 2 de febrero en el Movistar Arena.
"Yo hago lo mío y no estoy aquí para ser el relevo o el reemplazo de nadie. Estoy aquí para ser yo misma", ataja la intérprete, al teléfono con La Tercera, precisamente desde el set de maquillaje de la serie de Disney Channel que la lanzó al estrellato y que este año vivirá su última temporada. Luego sigue: "El halago en torno a mi voz no lo había escuchado. Honestamente, no creo que esto se trate de andar comparando, porque cada uno tiene su estilo. Amo mi música, así que no me enfoco en lo que esté haciendo el resto. No hay motivos para ponerse celosa o competitiva, porque también soy una gran fan de todo el mundo".
Pese a que hay una forma de vida que la alinea con compañeros como Jonas Brothers, Taylor Swift, Ashley Tisdale o la propia Cyrus -casi todos criados en la fe cristiana y crecidos con anillos de castidad-, Gomez no se siente parte de una de las camadas más rentables y prolíficas fabricadas por Disney. "No sé, no pienso en mí como parte de algo. Tuve un buen 2010 y estoy entusiasmada con este año", precisa, aunque tiene una imagen para retratar el crecimiento de la cofradía (y para desmentir supuestas rivalidades): "Todos trabajamos en la misma compañía. Es como el colegio".
El sello distintivo que la cantante recalca en su discurso se puede rastrear en sus dos discos, Kiss & tell (2009) y A year without rain (2010), lanzados a velocidad de Fórmula 1 y que totalizan cerca de dos millones de copias despachadas a nivel mundial. Sobre todo en su segunda entrega, late una intención por ir del pop rock más codificado a cierto sonido más bailable. "Siento que en este segundo álbum se nota mi crecimiento. Aquí descubrí mi sonido y lo que quería hacer con mi música. El disco completo es muy poderoso", describe en torno al trabajo en que se basará su debut en Santiago, donde la acompañará su grupo, The Scene. "Será un set de una hora y 15 minutos, donde mezclaré ambas producciones y también tendré covers", agrega, en relación a las versiones de hits del grupo Pilot y de Pat Benatar, en un ejercicio típico de las popstars que presumen un alma rockera para aspirar a un público transversal (Cyrus hacía lo propio con Joan Jett y Shakira con AC/DC).
Pero si 2010 fue un buen año artístico, también fue la temporada de su salto definitivo a la mira de los paparazzi y la prensa rosa. Aunque se le atribuyen romances con figuras como el actor Taylor Lautner y Nick Jonas, ahora la cantante habría girado su mirada a otro nombre en la cresta de la ola, la sensación adolescente Justin Bieber. Eso sí, niega que preparen un tour en conjunto ("no, para nada", remarca) y prefiere eludir el comidillo con una salida clásica: "Es mi mejor amigo y es increíble".
¿Ha sido difícil ese lado de su trabajo?
Trato de no enfocarme en eso. No es mi parte favorita de lo que hago, por eso prefiero centrarme en mi futuro y en que todo lo que he conseguido me lo pueden arrebatar de un momento a otro, así que es bueno tener un plan B.
Demi Lovato fue internada por estrés en 2010. ¿Cómo enfrenta ese tema?
La gente subestima lo estresante que puede ser este trabajo. Estamos creciendo aún y es complicado manejar todo lo que tenemos que hacer. Pero siempre están la familia y los amigos, que te apoyan y te mantienen a raya. Pero es difícil. No somos perfectos, todos cometemos errores.
Si de trabajo se trata, 2011 abre una agenda intensa: terminará de grabar Los Hechiceros... , participará en el estreno de la cinta Monte Carlo, lanzará su línea de ropa y grabará un álbum en español, en el que ya trabaja con el mexicano Edgar Cortázar. "Me bautizaron por Selena, así que siempre he querido hacer algo texano. No hablo español, pero lo entiendo. Hay unas canciones que suenan tipo Shakira, pero en mi estilo", culmina, en su estilo.